domingo, 2 de octubre de 2011

Indicadores del Desarrollo Humano

El Desarrollo Humano se define como un proceso de ampliación de las oportunidades del ser humano, concepto que le imprime un carácter de flexibilidad y dinamismo muy grandes. Las oportunidades pueden ser infinitas, cambiar con el tiempo y variar de acuerdo con los países, las sociedades y contextos históricos diversos, pero existen, cuando menos, tres oportunidades que son esenciales: disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida digno. Por lo tanto, si no se poseen estas oportunidades básicas, muchas otras alternativas continuarán siendo inaccesibles.

Este enfoque, que impulsa al diálogo sobre el desarrollo, nos conduce a mirarlo de manera integral y universal, pues éste deja de ser un debate del entorno referido sólo a los medios para convertirse en un debate sobre los fines.

Principios del Desarrollo Humano:

En el enfoque del desarrollo humano, se configuran tres principios esenciales: la participación, la equidad y la sustentabilidad. Simultáneamente, el crecimiento económico es el marco que permite su concreción.

La Participación.- Indica que las personas son gestoras de su propio destino. Ellas son, a la vez, sujeto y fin último del progreso humano. Es preciso, por tanto, que participen organizadamente en las decisiones de y en los procesos que conforman sus vidas.

La Equidad.- Es la igualdad en el acceso a las oportunidades. Desde la perspectiva del desarrollo humano, es preciso eliminar todas las barreras que obstaculizan las oportunidades económicas, políticas y sociales (raza, sexo, etc.).

La Sustentabilidad.- Se fundamenta, de una parte, en la aspiración ética de asegurar igualdad de oportunidades, tanto a las generaciones presentes como futuras y, de la otra, en la necesidad práctica de garantizar la supervivencia del planeta y sus habitantes.

Índice de Desarrollo Humano (IDH):

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es el instrumento principal que mide el adelanto medio de un país en lo que respecta a la capacidad humana básica representada por las tres oportunidades humanas más importantes y permanentes: esperanza de vida, que refleja una existencia larga y saludable; nivel educacional, que resume los conocimientos adquiridos y, el ingreso per cápita, que indica la capacidad de acceso a los recursos para vivir dignamente.
Esperanza de Vida:

Este indicador refleja la incidencia de las condiciones de vida sobre la situación de mortalidad de los seres humanos. La adopción de este indicador obedece principalmente a tres consideraciones: el valor cultural intrínseco de la longevidad; su valor como forma de ayudar a las personas a plantearse aspiraciones y metas; y su relación con buena salud y nutrición vistas a través de una medida de síntesis de la situación de mortalidad en todas las edades. Su fuente de información es la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI).

En otro sentido, la Esperanza de Vida es una medida sustituta de muchas otras variables importantes del Desarrollo Humano, debido a su relación entre una vida prolongada y una nutrición adecuada, buena salud, educación y otros logros. Los valores límites propuestos de la Esperanza de vida son: un mínimo teórico de 25 años y un máximo de 85 años. La primera obedece a los valores observados históricamente al retroceder treinta años. De hecho, ninguna sociedad ha tenido una Esperanza de vida al nacer menor de 35 años durante las últimas tres o cuatro décadas. El valor máximo, por el contrario, representa los valores esperados para los próximos treinta años en algunos países, de acuerdo con las tendencias observadas durante las dos décadas pasadas. Se utilizó el valor calculado para 1995, bajo la premisa de considerar que en el corto plazo son difíciles de evaluar significativos cambios en la esperanza de vida.

El crecimiento promueve el desarrollo humano a medida que la base de recursos se amplía, en tanto que un mayor desarrollo humano genera más crecimiento a medida que una población más sana y educada contribuye a mejorar el desempeño económico. El análisis de regresión muestra conexiones fuertes que van del desarrollo humano al crecimiento económico en la región, pero aquéllas desde el crecimiento económico al desarrollo humano son mucho más débiles que a nivel mundial, tal vez debido al efecto perturbador de la crisis de la deuda. Según estudios de países exitosos y no exitosos, el éxito en materia de desarrollo humano se debió a un buen desempeño económico combinado con gasto social alto, y los fracasos estuvieron asociados a conflictos, desastres naturales y severas políticas de ajuste. El comportamiento de los países confirmaría la necesidad de dar prioridad al desarrollo humano para alcanzar un virtuoso de crecimiento y más desarrollo humano.

El desarrollo humano es el objetivo central de la actividad humana y el crecimiento económico un medio que podría llegar a ser muy importante para promoverlo. Al mismo tiempo, los logros en materia de desarrollo humano pueden contribuir de manera decisiva al crecimiento económico. En consecuencia, hay que examinar dos cadenas causales distintas:

·         Una de ellas va del crecimiento económico al desarrollo humano, a medida que los recursos provenientes del ingreso nacional se asignan a actividades que contribuyen a este último.

·         La segunda va del desarrollo humano al crecimiento económico e indica de qué manera el desarrollo humano, aparte de ser un objetivo primordial, contribuye a aumentar el ingreso nacional.

El desarrollo humano ha convocado una reflexión continua tanto sobre su naturaleza y alternativas de política pública, como sobre su cuantificación. En relación con esto último, desde 1990 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha promovido la idea de evaluar el progreso de las naciones y regiones a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual ha sido exitoso porque ha logrado concretar y medir empíricamente una concepción multidimensional del desarrollo. El IDH incluye tres dimensiones que se consideran deseables: un ingreso suficiente para tener acceso y disfrutar tanto de la propiedad como de los bienes básicos; una vida larga y saludable (esperanza de vida); y un nivel educativo que le permita a la persona aumentar la capacidad de dirigir su propio destino.
De acuerdo con el comportamiento de este índice, en los últimos años la población del departamento ha observado retrocesos en el desarrollo humano y al momento sólo conserva los niveles de ocho años atrás.
En una mirada de género, se han obtenido mayores avances en la esperanza de vida para las mujeres, la cual hoy supera en casi 10 años la de los hombres. Esa diferencia obedece fundamentalmente a factores de violencia, fenómeno que en el país y la región se ha encargado de frustrar los avances en la esperanza de vida para los hombres.
En el componente índice de logro educativo (ILE), la evolución de la tasa de analfabetismo entre 1985 y 2003 en el Departamento indica avance positivo tanto en lo urbano como en lo rural, pero aún con enorme inequidad e inestabilidad. En cuanto a lo primero, mientras entre 1985 y 2001 en el sector urbano la tasa de analfabetismo se redujo en cerca de dos puntos porcentuales, en el sector rural lo hizo en algo más de seis puntos, pero aún la diferencia es de 4.5 puntos a favor de las cabeceras municipales.
En otro sentido, la evolución de las tasas de analfabetismo es diferente por género, dado que para los hombres la tasa de analfabetismo se redujo entre 1993 y 2001 en 1%, mientras que para las mujeres se redujo en 1,5%. Sin embargo, en todos los casos, la evolución de la tasa de analfabetismo ha sido irregular, denotando alguna falta de continuidad en las acciones emprendidas para eliminar por completo este fenómeno en la población risaraldense; no obstante, el departamento sigue siendo una de las cinco entidades territoriales de ese orden con menor tasa de analfabetismo en población mayor de 15 años.
El índice de nivel de vida (INV) es el componente que ha estado determinando en mayor proporción el comportamiento del IDH del departamento. Durante el período 1990 - 2005 la tasa media de crecimiento del PIB de Risaralda fue del 2.6%, lo que quiere decir que, si esa dinámica se mantiene, para duplicar su PIB el departamento requiere por lo menos 27 años.

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